9/1/10

M 4


* Angel Huelmo, 14julio2009, Navalmoral de la Mata, en la terraza,refractor ED127:

Por mera casualidad, apunté primero a M4 con el binocular y dos Nagler T6 de 13 mm. El fondo de cielo era razonablemente oscuro para observar en condiciones semiurbanas, y el cúmulo en sí se veía bien resuelto pero bastante debil y poco llamativo. De todos modos, le eché paciencia. Me enrollé una toalla alrededor de la cabeza protegiendo los oculares, y me clavé tras el objeto. Aquí la visión binocular proporciona una de sus mayores ventajas: comodidad extrema de observación. Entre la postura inmejorable del refractor (observaba sentado en un butacón acolchado), el seguimiento de la montura y la visión binocular, me pasé más de media hora sin parpadear tras el ocular, y sin retirarme en ningún momento. Tan prolongada observación rinde frutos. No apartar el ojo del ocular y mantener la cabeza en una "cámara oscura" mejora dramáticamente la percepción. El no exponer la vista a más luz que la del objeto bajo observación permite mejorar la adaptación, y al final el cúmulo se vió magnífico. El cielo se fue clareando en proporción a medida que mis ojos se aclimataban, pero de todos modos la imagen superaba mis expectativas. Diría que cerca de un centenar de estrellas resueltas, con una "barra" de estrellas más brillantes, casi rectilínea cruzando el centro del cúmulo. Dicho centro estaba sorprendentemente bien resuelto. No hay indicios de color y las estrellas son débiles, pero increiblemente puntuales y bien contrastadas. Así que la imagen fue muy superior a lo que esperaba ver.


*Israel Pérez de Tudela. Real de la Jara, 24 ago 2006, Visac 200mm + Burgess/TMB 4mm:

...así que pensé en dirigirme a Antares e intentar ver como se comportaba el enfoque con el 4mm Burgess/TMB, para comprobar la colimación y por puro aburrimiento. Aquello era una cosa horrible, temblorosa y nada puntual, pero logré el mejor enfoque posible y, por curiosidad o intuición, puse M4, que está muy cerquita. Pegué hasta un grito de asombro. Dios, que de estrellas aparecieron en el ocular, como borroncillos pequeños pero mucho más rico de lo que lo había visto nunca y más magnífico. Era como meterse dentro del cúmulo!!! No era mirar una ventana, es estar inmerso en él.
En ese momento me acordé de Ángel. Me había repetido ya en varias ocasiones que andaba corto de aumentos en algunas observaciones, pero yo me resistía a pensar que con mayor aumento iba a ver mejor los objetos pues pensaba que perdería mucha, mucha luz (esto pasa por estar acostumbrado a una abertura de 90mm). Y una vez más resultó que tenía razón. Aquello era magnífico a pesar de la falta de puntualidad.


(Dibujo: Isabel Roblas. 14-julio-2007 Alanís de la Sierra; Newton SW130mm-900)

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